Columna 33

OPINION

García Jiménez

– ¿El Intocable?

Por Carlos Lucio Acosta

VERACRUZ (EUM).- ¿Por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador no pone orden en el gobierno de Veracruz?

La respuesta es simple, Cuitláhuac García Jiménez sirvió de correo financiero durante la tercera campaña política y electoral, rumbo a la primera magistratura del país al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

De la Casa de Gobierno, ubicada en la colonia Dos de Abril, en la ciudad de Xalapa, salían voluminosos paquetes con billetes de alta denominación, los cuales eran entregados a ciertos candidatos, o representantes de los mismos, a cargos de elección popular postulados por el entonces dominante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de la hirviente oposición.

El diputado Héctor Yunes Landa, denunció la existencia del operativo por las continuas visitas a Casa de Gobierno, en las cuales siempre coincidía con las del entonces diputado Cuitláhuac García Jiménez.

En el gobierno del sentenciado a nueve años de cárcel por los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa Javier Duarte de Ochoa, circularon apoyos financieros a determinadas campañas electorales locales y federales, por instrucciones directas del político, empresario, diplomático y negociador Fidel Herrera Beltrán.

El de Nopaltepec, congregación del municipio sureño de Cosamaloapan, montó en cólera con la dirigencia nacional del PRI en aquel momento, cuando destapan a Enrique Peña Nieto como candidato del llamado instituto político a la presidencia de la república, y luego, el ungido lo desecha como prospecto a la secretaría de Gobernación.

A partir de ese instante el adepto a las ciencias ocultas decide apoyar bajo el agua a candidatos opositores al Revolucionario Institucional, entre los que sobresale Josefina Vázquez Mota, del Acción Nacional (Pan).

El incidente escenificado en el aeropuerto internacional de la ciudad de Toluca, capital del estado de México, comprueba la versión divulgada por el diputado federal Yunes Landa.

Los beneficiados acudían o enviaban representantes personales de absoluta confianza a Casa de Gobierno y a otros les mandaban con propios cantidades millonarias variables de dinero en efectivo.

El hecho de que en los procesos de entrega del papel moneda coincidieran de manera deliberada Yunes Landa con García Jiménez, significa que al gobernante Javier Duarte de Ochoa le interesaba que los enlaces se conocieran para luego divulgar la noticia de los apoyos económicos aportados en su cuestionada administración.

La tolerancia a la torpeza y culto a la indiscreción, tienen límites.

Si ya forma parte del dominio público la existencia de la estructura paralela y nombres de algunos de los recolectores de fondos, ¿qué sentido tiene el interpretar el papel de Tío Lolo, aquel añoso que se hace tonto solo, mientras la cimentación del estado se agrieta por el desconocimiento, inexperiencia, falta de tacto, voracidad económica, sin oficio político, ineptitud administrativa, nepotismo, impunidad, violencia, inseguridad, narcotráfico, macrocriminalidad y corrupción…?

El apasionado lector de José Fouché y el enfermizo admirador de Francisco Franco, no representan el menor peligro al régimen del partidario de Benito Juárez.

El de Tepetitán, pueblo enclavado en el municipio de Macuspana, los tiene agarrados de las anginas y de unos treinta centímetros más abajo del ombligo.

Es el momento de poner orden en la sala, de correr las cortinas y de cara al electorado orar aquello que dice: “Yo pecador, me confieso ante Dios todopoderoso…”.

López Obrador obtendría el perdón mediato ciudadano y recobraría la confianza de los ocho millones 112 mil 505 veracruzanos con el “no mentir…”.

El reconocer la procedencia de algunos fondos utilizados en campaña, no se vería mal, puesto que su origen parte de la recaudación de contribuciones de esa parte ciudadana que cumple con las responsabilidades fiscales en los tres niveles de la administración pública.

Aún hay tiempo de hincar espuelas a las mulas de la indisciplina y de la deslealtad. Aún queda tiempo, si no el suficiente, al menos el necesario para enderezar la carreta tirada por bueyes.

Aún hay tiempo.

Sólo para tus ojos . . .

¿Le gustaría conocer los nombres y los apellidos de ciertos políticos veracruzanos asiduos consumidores de Diasepan, Clonazepan y Melatonina?

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